lunes, 4 de enero de 2016

Realmente, ¿Quién soy yo?



¿Os acordáis del juego “Quién es Quién”? ¡Yo sí!

Ha ocupado largas tardes de domingo en mi casa. Me gustaba jugar con la posibilidad de adivinar quién era la persona que escondía mi hermana detrás de su tablero basándome en un descarte tan simple como rubio o moreno, con o sin bigote, hombre o mujer… Finalmente, el juego se resolvía cuando una de las dos nos quedábamos con unas características físicas que sólo podían pertenecer a una persona.

Si pudiéramos extender este juego a una búsqueda de personas reales en base a sus características psicológicas, sus rasgos de personalidad, su ser más interno, ¿podríamos encontrarnos? ¿Sabríamos encontrarnos? ¿Nos conocemos? ¿Sabes quién eres?



Esta pregunta suele aparecer en nuestras vidas cuando atravesamos cambios vitales, ya sea ante la “metamorfosis” propia del paso de la infancia a la adolescencia (hervidero de confusiones sobre nuestra identidad) bien ante cualquier vivencia dramática que suponga una ruptura con nuestra vida tal y como era hasta el momento (ruptura sentimental, fallecimiento de un familiar, accidente de tráfico...) o bien cuando no nos sentimos satisfechos con la percepción que tenemos de nosotros mismos, sin saber muy bien por qué, pero sentimos que no somos esa persona que necesitamos ser ahora mismo dadas las demandas que requieren las circunstancias. Estos momentos implican una mirada introspectiva hacia nosotros mismos y es ahí cuando aparece la pregunta, realmente, ¿quién soy yo?

No existe una respuesta tan rotunda como nos gustaría encontrar. Nuestra personalidad se basa en una serie de rasgos esenciales pero estos están en continuo movimiento por la influencia en ellos de nuestras circunstancias, formas de vida, condicionantes sociales diferentes… Si estamos abiertos a la vida, es imposible ser siempre la misma persona. Estamos en continuo cambio y eso es algo maravilloso.

Si te atreves a buscarte y una vez puesto en marcha no encuentras aquellas cualidades que dabas por hecho que tenías o simplemente consideras que ahora mismo las necesitas, ¡enhorabuena! Deja ir la nostalgia, preséntate y haz por re-conocerte, como aquel que vuelve a quedar con un amigo con el que hace años mantenía una amistad muy especial pero que al volver a verlo descubre que, aunque sigue queriéndole, tiene que volver a reencontrarse con una conexión real en base a este momento.




Resuena dentro de nosotros con el eco de nuestros recuerdos, anhelos, pensamientos… ¿Quién soy yo? Hace falta ser valiente tanto para formularla como para responderla. Estamos ante la única persona que conocemos sin maquillaje, sin risa forzada ni preguntas de cortesía, sin tacones para parecer más altos ni fotos mostrando que la vida nos sonríe. Estamos ante un re-encuentro con la persona cuyo mensaje mejor podemos escuchar y entender. Sin excusas, sin reproches, sin filtros, con toda su grandeza.

Es un acto revelador. Damos por hecho que somos alguien que en realidad desapareció hace años como consecuencia de ese tambaleo de vida. La imagen que proyectamos ante los demás cada vez es una sobra más borrosa del ayer, llena de expectativas de los demás y cargada de deseos de otros.

Dentro de esa búsqueda es probable que tengamos que aceptar descubrimientos de todo tipo (no siempre serán agradables): algunos igual nos han estado haciendo daño formando parte de nosotros sin ya necesitarlos (rencor), otros dábamos por hecho que estarían pero hace tiempo pasaron a mejor vida (inocencia), otros por suerte tienen su hueco y no éramos conscientes de ellos hasta ahora (dignidad) y otros, que aun pensando en base a nuestras experiencias pensábamos que nos habían quitado parte de nuestra esencia, tienen un lugar importante en nosotros mismos (coherencia)…

A todos nos molesta sacar tiempo para hacer limpieza a fondo en casa pero de vez en cuándo es necesario. Viene bien airear las habitaciones, encontrar cosas que ni recordábamos que teníamos, cosas que ya no nos sirven, tirar y ser conscientes de lo que merece la pena seguir conservando y lo que ocupa sitio sin tener utilidad… pues eso.



Si en este momento necesitas llegar a la respuesta de ¿quién soy yo? o simplemente te apetece estar un rato contigo mismo escuchando a la persona que más puede interesarte lo que tiene que contarte, te propongo una guía consciente en ese proceso introspectivo:

1.- Busca un tiempo determinado para tener una cita contigo mismo rodeado de silencio, en el que te permitas escucharte, sin prisas. Un tiempo en el que pararte y atender. “Sólo” eso: pequeño espacio de tiempo para ti y silencio.

2.- Imagina un frondoso bosque y todo aquello que seas capaz de visualizar en él. Simplemente, obsérvalo.

3.- Antes de atravesarlo, piensa en situaciones que actualmente son difíciles en tu vida (ruptura sentimental), en ese drama que te hace plantearte quién eres (pérdida de un hijo) o en la etapa que estás viviendo que te hace tambalearte (desempleo).

4.- Sitúa dentro de ese bosque, los obstáculos que puedes encontrarte al atravesarlo (ramas, rocas, hojas…), que estorban, que te harán ir más lento y haz el símil con aquellas partes de ti mismo que te entorpecen en tu día a día (egoísmo, falta de iniciativa, apatía, soberbia, orgullo).

5.- Ahora, piensa qué puedes utilizar mientras avanzas atravesando el bosque para apartar esos obstáculos (un cuchillo, la fuerza de mis piernas, mi agilidad, mis manos, un buen calzado…) y compáralo con los recursos con los que cuentas en ti mismo para ello en tu vida, para avanzar en ella (constancia, resiliencia, mi apoyo en la familia, mi paciencia…).

A partir de aquí, os dejo solos… es vuestra cita. Feliz reencuentro.

No olvides que siempre somos, pero no siempre de la misma manera.



Atentamente, Alicia.




4 comentarios:

  1. Muy interesante la pregunta, deberíamos hacernosla más a menudo, porque no es tan obvia como parece. Vamos aprendiendo, experimentando...y podemos tener una idea de nuestro yo, que ya no es real, como creer que tenemos unos límites que hace tiempo superamos. O pensar que ideas que no nos hacen ningún bien, por el hecho de habernos acompañado mucho tiempo vamos a tardar lo mismo en deshacernos de ellas. Y no es asi si somos conscientes de que queremos cambiar. Vamos evolucionando y debemos preguntarnos otra vez... quien soy. Y puede que encontremos cosas que nos desagraden y tengamos que hacer limpieza como bien dices, porque conforme avanzamos vamos teniendo un enfoque y necesidades distintas. Y somos una persona distinta.
    Como broche final, la guía para reconocer nuestras virtudes y flaquezas en ese paseo por el bosque y reencontrarnos me ha encantado.
    Enhorabuena y sigue así Alicia!!!

    ResponderEliminar
  2. ¡Muchas gracias por tu aportación, Juande!
    Coincido totalmente contigo. Vivimos demasiado deprisa como para pararnos a cuestionar creencias que tenemos tan arraigadas, que no nos cabe la menor duda de ellas simplemente... porque en un momento de nuestra vida fuimos así, creímos ser así o nos hicieron creer eso.

    Considero muy deseable ese alto en el camino para despojarnos de percepciones erroneas, ideas caucas y poder hacer un reconocimiento realista de nosotros mismos en la actualidad.

    ResponderEliminar
  3. Hola muy buenos dias !
    Leyendo este relato o mejor dicho; consejo (ya que a veces se nos olvida en pensar en quienes somos ) darte las gracias por la manera que tus palabras llegan a las personas personas .
    Personalmente me he sentido muy indentificada con muchas ideas y gracias una vez más por dar esas pautas para saber encontrarnos ; ya que estoy en una fase con mi yo, que nos cuesta encontrarnos .
    Felicidades y espero poder seguir leyendote !
    Un saludo enorme .
    Una amiga de Juan C.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Lourdes!

      Muchas gracias por visitar el blog y especialmente, por tus palabras.

      Seguro que tu yo y tú, llegareis a reconoceros. Te animo a que "os" dediqueis tiempo, sin prisa, con comprensión.

      ¡Bienvenida, Lourdes!

      Nota: me encanta saber que eres amiga de Juan. Me hace sentirte mucho más cercana a mí :)

      Eliminar